LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

MORGANA

JOTAELE

AGÜELO COCINILLAS

Oficialmente, profesora

Escritora

Casada y madre de familia

Me gusta leer, escribir y el rock and roll

Toco la guitarra

Hago dameros

Me gusta Patán

Odio la política y los programas del corazón

Oficialmente, abogado

Seductor

No sabe, no contesta

Me gustan las mujeres

Toco lo que me dejan

Hago el amor

Me gusta Betty Boop

Odio a Belén Esteban y a María Antonia Iglesias

Oficialmente, jubilado

Naturalista

Viudito y disponible

Me gusta observar la naturaleza humana

Ya no toco nada

Hago disecciones

Me gusta doña Urraca

Odio la caza, la pesca y los toros.

LIBROS LEÍDOS INVIERNO 2013

J.K. ROWLING: Una vacante imprevista
NOELIA AMARILLO: "¿Suave como la seda?
LENA VALENTI: "Amos y mazmorras"

lunes, 14 de septiembre de 2009

STIEG LARSSON: "Millenium" ***

Clasificación:
***** ¿Qué haces ahí sentado? Corre a comprarlo.
**** Cómpralo, pero no tengas tanta prisa, puedes ir mañana.
*** Pídelo prestado y olvídate de devolverlo.
** Intenta conseguirlo de segunda mano.
* El crucigrama del periódico te está esperando.






He de reconocer que a veces soy mala: basta que algo tenga una alta repercusión para que le coja ya cierta manía y no sea todo lo objetiva que debo ser. Ni que decir tiene que eso fue exactamente lo que me sucedió con la trilogía de “Millenium”.
La recibí de regalo por el día de mi santo, a sugerencia mía: no me apetecía gastarme setenta euros en su adquisición. La leí en una semana, o, más bien, la devoré. Aviso a navegantes: también me leí “El código da Vinci” en 24 horas y me parece lo peor que se ha escrito en la historia.
Bueno, éste no es el caso: “Millenium” no tiene demasiada calidad literaria pero tampoco es un pestiño, y cumple con creces su primer objetivo: enganchar al lector.
“Millenium” presenta una doble estructura, ya que cuenta una historia central, la de la protagonista Lisbeth Salander, que se desarrolla a lo largo de los tres libros, de tal forma que “Los hombres que no amaban a las mujeres” es el planteamiento, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” forma el nudo y “La reina en el palacio de las corrientes de aire” supone el desenlace de la curiosa historia de esta chica tan rara y entrañable a la vez, mientras que por otro lado, la primera novela constituye una entidad literaria en sí misma, con su propia historia, y las otras dos tienen otra línea argumental también independiente, aunque heredera de la primera.
Así, “Los hombres que no amaban a las mujeres” nos presenta a los protagonistas: el mujeriego periodista Michael Blomkvist y la rarísima y asocial hacker Lisbeth Salander. Ambos deben unir fuerzas y capacidades para resolver un crimen sucedido muchos años atrás. Paralelamente, se nos va introduciendo en la extraña y triste vida de Lisbeth. La novela es un thriller trepidante una vez que entra en materia, a partir de la página 300. Tiene momentos de pas d´action un poco aburridos, como cuando cuenta la fundación del partido nazi en Suecia, pero en general, es entretenidísima.
Las otras dos novelas forman un ente en sí mismas, de tal manera que el final de la segunda coincide con el principio del desenlace, que se resuelve en la tercera. En estas dos novelas Salander es ya la protagonista absoluta y el número de páginas sobrantes crece alarmantemente. Un apunte: entre la publicación de la segunda y la tercera parte hubo un intervalo de casi un año, con lo cual me imagino que los lectores que seguían la historia desde el principio en vez de uñas a estas alturas tendrán muñones.
Es de pésimo gusto el final de la segunda parte, típico de fin de temporada de serie de televisión norteamericana. A la tercera parte, “la reina…”, le sobran doscientas páginas bien a gusto, con la que está cayendo a nadie le interesa cómo se formó el servicio secreto sueco (qué bonita aliteración me acaba de salir) ni sus trapos sucios. Con respecto a la primera, hay, además, otros bajones, sobre todo en lo que respecta a los personajes, ya no tan bien caracterizados como en “los hombres…” y algo pacatos: o muy buenos o muy malos, llegando incluso a lo grotesco en algunos casos.
Bajo mi punto de vista, lo mejor es la caracterización que hace Larsson de todo lo tocante a Suecia: paisajes, costumbres, etc. ¡En Suecia hay verano! Y me ha llamado la atención el muchísimo café que toman en aquel país, deben de estar como pilas duracell todos ellos. El ritmo narrativo, que prometía mucho en la primera entrega, se desinfla en las siguientes y con ello el interés.
En cualquier caso, recomiendo su lectura aunque no su compra. Y un consejo: léanla en casa, es demasiado grande para llevar por ahí.

lunes, 7 de septiembre de 2009

CONCIERTO DE BRUCE SPRINGSTEEN. 2 DE AGOSTO DE 2009. SANTIAGO DE COMPOSTELA ***



CLASIFICACIÓN
****Vete a primera fila y al acabar secuestra a la banda y llévatela a tu casa.
*** Vete a primera fila y al día siguiente compra todos los conciertos en DVD.
** Quédate por el medio y al acabar descarga algún vídeo de los conciertos.
* Clávate en la barra del bar del concierto y mázate a copas




Aforo: 40.000 personas, cuando el aforo era de 30.000.

Repertorio: el mismo del resto de la gira, salvo alguna variación. En líneas generales tocó:
La Rianxeira
Badlands
Working on the Highway
Hungry Heart
Outlaw Pete
Be True
Working on a Dream
Seeds
Johnny 99
I Fought the Law
Youngstown
Raise Your Hand (instrumental)
Cadillac Ranch
Prove It All Night
Janey Don't You Lose Heart
My Love Will Not Let You Down
The Promised Land
Waitin' on a Sunny Day
Girls in Their Summer Clothes
If I Should Fall Behind
Radio Nowhere
Lonesome Day
The Rising
Born to Run
-
Jungleland
Land of Hope and Dreams
American Land
Rosalita (Come Out Tonight)
Dancing in the Dark
Twist and Shout

Me van a perdonar que empiece la crónica con retraso, pero he estado de vacaciones y sin internet. Me van a perdonar también que empiece la crónica jurando en arameo sobre la organización del evento, pero es que he estado un mes haciéndome mala sangre con el tema y necesito desfogar.
Bruce Springsteen ya había tocado en Santiago de Compostela en el mismo auditorio en mayo de 1993, con motivo del Año Santo. Él inauguró el auditorio del Monte do Gozo y el concierto había sido una maravilla. Esta vez el concierto también fue una maravilla, si acaso más, pues ahora iba con la E Street Band, pero el monte… el monte invitaba a todo menos a gozar. ¡Qué desastre! Para empezar, abrieron las puertas con una hora de retraso, con lo cual tuvieron a la gente esperando como sardinas en lata dos horas más de lo necesario (aconsejaban estar con muuuuucha anticipación). Cuando abrieron las puertas, aquello pareció la desbandada de los toros en los sanfermines.
Para seguir: el acceso hasta el control de entradas era cruzando el monte, con la hierba por las rodillas, el suelo lleno de agujeros y en cuesta abajo, lo que tal para tropezar y causar una caída masiva como fichas de dominó.
Más calamidades: el control de entradas estaba totalmente embarrado. Una ya sabe lo que es ir de concierto e iba bien calzada, pero muchas volvieron con sus sandalias veraniegas hechas una pena, jajajaaja. A mucha gente no le pidieron la entrada y, por supuesto, no registraron los bolsos. Si lo llego a saber habría llevado cámara y bocata. Se sospecha que o bien vendieron más entradas de lo permitido o que hubo gente que, lisa y llanamente, se coló. Desde luego, hubo gente con entrada que se quedó fuera.
Seguimos con las desgracias: las estupendas gradas de piedra que caracterizaban al recinto habían sido rellenadas con cemento, con lo cual no había dónde sentarse. Os recuerdo que cualquier concierto del Boss dura entre 3 y 4 horas.
Al acabar: tras las tres horas de pie y sin mear (con perdón) nos hicieron salir del recinto, que seguía embarrado, con la hierba por las rodillas y lleno de agujeros, con la luz apagada. Para habernos matao directamente.
Y para rematar la faena: los buses no estaban donde nos dijeron que iban a estar, con lo cual tuvimos que ir andando desde el puto monte hasta el centro de Santiago, una caminata de hora y media a la que sumar las tres horas de pie… no es de extrañar que muchos se quedaran en la primera comisaría de policía que encontraron por el camino para denunciar a la organización (Dr. Music) y al ayuntamiento de Santiago. Con las entradas a 74 euros y público mayoritariamente entre los 40 y los 50 años no se esperarían que se iban a conformar y quedarse calladitos ¿no?

Bueno, vayamos a la parte buena. El concierto empezó puntualmente, el Boss siempre es puntual. Salió al escenario un tío vestido de negro parecidísimo a Bruce con un acordeón y tocó “la Rianxeira”, al igual que hizo en Benidorm con “los pajaritos” o en Bilbao con “Desde Santurce…” con lo cual ya se metió al público en el bolsillo. Una vez acabado el himno ya apareció el jefe entonando Badlands. Al principio me pareció que no estaba muy bien de voz, creí que no iba a aguantar el tirón, pero fue calentando cuerdas a medida que avanzaba el concierto. Bruce llegó tarde procedente de Valladolid y probablemente no tuvo tiempo para ensayar como es debido.
Como es imposible reseñar un concierto de Bruce canción por canción, pues son casi 30, así que daré unas impresiones generales del evento.
El repertorio estuvo muy bien elegido, nada de temas moñas, acústicos y/o aburridos. Casi todo rock and roll para hacer mover el culo a la peña. Y clásicos, muchos clásicos que es lo que le gusta a la gente, claro que sí: Born to Run, hungry heart, etc.
Está en espléndida forma física, aunque un poquillo fondón. Tocó durante 3 horas sin despeinarse, aaaaaah.
Resulta que el Boss sabe tocar la guitarra, mira tú por dónde. Yo creí que sólo tocaba de misa, pero se marcó unos cuantos solos heavys de lo más molones, cosa que me satisfizo enormemente.
Es un excelente versionador, tocó Twist and shout de los Beatles, born to be wild (absolutamente maravillosa) de Steppenwolf y rock and roll over the world de los Status Quo, entre otras. Versiones alargadas, por supuesto, esto me recuerda a que:
Estira las canciones como un chicle. Eso no me gusta, quizá sea de lo poco que no me gusta de él.
Inconmensurable Clarence Clemmons, aunque quizá no se prodigó tanto como de costumbre… decían por ahí que está malito. En cualquier caso, la ovación más larga de la noche.
La E Street acompañó estupendamente.
Bruce estuvo simpatiquísimo, como siempre. Habló en español y en gallego, sacó niños al escenario, recogió pancartas dedicadas… lo de siempre, vaya.
En fin, lo único que espero es que los gaznápiros cazurros que gestionan el tema del Monte do Gozo recuerden que en 2010 hay Xacobeo y que tal y como tienen el recinto lo único que se puede hacer con él es llevar unas cuantas cabras para alimentarlas, que allí hay de sobra.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

LOS TOROS DE LA ALBERCA


fotos propiedad de Fata Morgana
Hola, queridos blogueros. Tras este largo paréntesis estival, volvemos a la carga. Espero que hayáis disfrutado de unas buenas vacaciones los que las hayáis tenido.
Lo primero de todo, pedir disculpas por haberme ido a la francesa sin comunicar mi ausencia de dos meses, pero es que no me gusta anunciar por la red mis movimientos, una manía como otra cualquiera. Una vez dicho esto, entremos en materia.
Entre las múltiples cosas que he hecho este largo y no cálido verano he de destacar un viajecito por La Alberca, precioso pueblo medieval y refugio de judeoconversos de la provincia de Salamanca que merece mucho la pena ver. La idea era recorrer todos los pueblos de la zona, visitar la Sierra de Francia y dar un paseo por Las Batuecas. Todo muy sano, natural y ecológico.
He aquí que el día que llegamos a nuestro destino, a las cinco de la tarde y cascando 37 grados nos encontramos con que la bonita villa estaba en fiestas y, entre las atracciones, había una novillada. Concretamente, dos novillos, dos, que iban a ser torturados y asesinados en la plaza del pueblo, preparada para tan magno acontecimiento. A pesar del repelús que nos ocasiona al señor que vive conmigo y a mí semejantes matanzas públicas, acudimos; sólo que yo me negué a mirar, excepto para tomar las oportunas pruebas gráficas del crimen.
La plaza mayor de La Alberca es una plaza cuadrada de adoquín. Se la preparó poniendo una especie de burladeros de metal que protegían muy poco o nada de los morlacos. El adoquín se dejó tal cual, por lo que los resbalones de nos novillos eran previsibles. Medio mundo estaba allí, hombres, mujeres y niños. Algunos subidos a escaleras de mano de tijera, con el consiguiente peligro de caída al estar en terreno irregular. Yo, como ya he dicho antes, me mantuve en un muy segundo plano y me abstuve de hacer comentarios, cosa que no sucedió con otros turistas que allí estaban y que expresaron su disgusto y desaprobación en voz alta.
El macabro espectáculo me recordó a los ahorcamientos en la Edad Media, o a los Autos de Fe del siglo de Oro, o a la guillotina funcionando a todo gas en la Revolución Francesa: público enardecido y entregado al olor de la sangre, furioso porque el ¿torero?, que no cumplía los sesenta, necesitó lo menos seis intentonas para descabellar al pobre novillo; fascinados ante la tortura y la muerte gratuita. ¿Y queremos que nos llamen civilizados? Anda ya…
A estas alturas de la película podréis suponer que estoy totalmente en contra de las corridas de toros en particular y de cualquier forma de tortura de animales en general. Me parece bárbaro, salvaje e impropio de una sociedad supuestamente civilizada como la nuestra. La tauromaquia sólo sirve para no educar a la población en el respeto a los animales y que cuatro se llenen los bolsillos a espuertas. No me refiero en concreto a la novillada de las fiestas de un pueblo, que eso es peccata minuta, sino al macronegocio que suponen las corridas de toros a niveles superiores. ¿A cuánto se revendieron las entradas para ir a ver la machada de José Tomás hace poco? Una obscenidad. Hasta la babeante duquesa de Alba, que ya no debe ni de saber cómo se llama, pierde el trasero por ser espectadora, y por lo tanto cómplice, de la suprema salvajada. Y lo peor de todo: el objetivo. La tortura y muerte tiene como finalidad el divertimento popular, porque si aún fuese la susbsistencia del ser humano tendría un pase, entiendo que hay que matar animales para comer proteínas de alto valor biológico. Pero no veo ninguna diferencia, en lo que a comportamiento se refiere, entre la fiesta nacional y los niños trogloditas que se divierten dando de fumar a las ranas o arrancando las alas a las moscas, por poner un ejemplo. En ambos casos es pueril y cruel.
Mi madre sostiene que la fiesta nacional es necesaria para que la raza no se extinga. ¡Pues menos mal que no se toreaban los dinosaurios, porque si no ahora estaría Andalucía petada de T-Rex en las dehesas! Supongo que los toros podrán servir para otra cosa más que para ser asustados, estresados, pinchados, torturados y asesinados. Digo yo como profana en la materia, vaya.
Algunos dirán: “claro, es gallega”. Pues sepan ustedes que donde yo vivo la tradición taurina es de tal calibre que está todo vendido al día siguiente de poner las entradas a disposición del público y que el día grande se hace el día de las peñas, en el que es imposible circular por esta ciudad, ciudad de la que escapo como el gato escaldado del agua fría. Otros sostendrán que hay negocios igualmente y obscenamente lucrativos como el fútbol, con lo cual estoy totalmente de acuerdo y me parece vergonzoso, pero en el balompié por lo menos no se mata a nadie (a mí de aburrimiento, nada más).
Aquí os dejo algunas imágenes para la reflexión. Seguiré con el tema cuando empiece la temporada de caza, práctica que, por supuesto, también aborrezco y que, por desgracia, me toca sufrir todos los años. Hasta la próxima, blogueros.