LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

MORGANA

JOTAELE

AGÜELO COCINILLAS

Oficialmente, profesora

Escritora

Casada y madre de familia

Me gusta leer, escribir y el rock and roll

Toco la guitarra

Hago dameros

Me gusta Patán

Odio la política y los programas del corazón

Oficialmente, abogado

Seductor

No sabe, no contesta

Me gustan las mujeres

Toco lo que me dejan

Hago el amor

Me gusta Betty Boop

Odio a Belén Esteban y a María Antonia Iglesias

Oficialmente, jubilado

Naturalista

Viudito y disponible

Me gusta observar la naturaleza humana

Ya no toco nada

Hago disecciones

Me gusta doña Urraca

Odio la caza, la pesca y los toros.

LIBROS LEÍDOS INVIERNO 2013

J.K. ROWLING: Una vacante imprevista
NOELIA AMARILLO: "¿Suave como la seda?
LENA VALENTI: "Amos y mazmorras"

lunes, 29 de noviembre de 2010

OBLIGACIÓN VERSUS PROHIBICIÓN



Queridos amigos, antes de nada permítanme decirles que es un placer estar con ustedes de nuevo. Veo que estos dos jovenzuelos que me acompañan en esta humilde página, mi nieta y el gaznápiro, mucho hablan sobre prohibiciones. Pobrecillos, todavía no saben que se avecina lo peor. Para eso estoy yo aquí, la voz de la experiencia. Así que le dije a mi nieta: "Morgana, querida. Voy a titular mi entrada 'obligación versus prohibición' Sabes lo que significa VERSUS ¿verdad, niña?" Y la muy ignorante me contesta: "Claro, abu. Es la línea joven de Versace". En fin... donde no hay mata, no hay patata.
Mis compañeros de blog, pobrecillos míos, no saben que la prohibición tiene una cara amarga, siniestra, malvada... la cara de la obligación, si acaso peor por más sutil. Un ejemplo: dos amigos toman unas cañas y uno le cuenta a otro que le acaban de quitar ocho puntos del carné y, de propina, seiscientos euros de multa. Pero de repente se le ilumina la cara y dice: "pero es que los cabrones me pillaron a ciento ochenta por la AP-9, tío. Habían camuflado el coche en la mediana esa del kilómetro 45, que no hay dios que lo vea, ¿qué iba a hacer yo?" y el otro bobo asiente y los dos se quedan complacidos. El mensaje es: la hice y la pagué. PERO LA HICE. CON DOS COJONES.
En cambio, cuando la OBLIGACIÓN hace que el conductor por sus mismas partes bajas tenga que cambiar el recorrido o bajar la velocidad a ochenta porque hay obras o por cualquier otro motivo que una señal indica, la cosa ya no tiene tanta gracia. Uno no puede darse la vuelta e ir por donde le da la gana, sólo hay un carril. Y mucho menos comentarlo delante de unas cañas. Ni que decir tiene cuando hablamos de la obligación más obligatoria del mundo: hacer la declaración de la renta. A nadie se le ocurrirá chulearse en la barra del bar diciendo: "yo este año no he hecho la declaración porque no me ha salido del puro". ¿Por qué? Porque todo el mundo pensará: "este tío es un pringao". Y el mensaje es: ESTOY PILLADO POR LOS COJONES. Nadie te ha prohibido nada que puedas saltarte a la torera, te privan del placer de lo prohibido. La prohibición implica osadía, la obligación, pereza. La osadía cotiza más al alza que la pereza en el mercado de la popularidad y el atractivo. Si empezamos a hacer la lista de las obligaciones que hay en nuestra sociedad, es mucho más interminable que la de las prohibiciones. Y lo que es peor, la cumplimos religiosamente. Porque no suelen aparecer tal y como son: imposición por narices, sino que se cuelan en forma admonitoria, como sutil consejo con velada moraleja: puedes no hacerlo, pero si no lo haces... mmmm. ¡Atente a las consecuencias! Y así, un día te ves comiendo fibra por obligación, usando preservativo por obligación, haciendo diez kilómetros de jogging por obligación e incluso teniendo los encuentros sexuales semanales que aconseja la OMS por obligación. ¡Terrible! Hagámoslo extensivo a otros órdenes de la vida: oh, querida gordita culona, puedes comprarte esos pantalones pitillo, sí, pero tu trasero parecerá una plaza de toros. Conclusión: no te los compras. Hay que tomar cinco piezas de fruta todos los días: y tú te embaulas el zumo de cinco frutas que se estaban medio pudriendo en la nevera tapándote la nariz con la otra mano mientras. Lo mejor hoy en día para estar en forma es el taichi, sí, puedes andar media hora si quieres, pero JAMÁS será tan efectivo como el taichi, fíjate bien lo que te digo, y al día siguiente estás de baja por pinzamiento del ciático. Hay que llevar cadenas en el coche, y las tuyas llevan oxidándose diez años en el maletero porque jamás ha nevado. Hay que beber dos litros de agua al día, el primer vaso nada más levantarse, hacer unos estiramientos, acabar la ducha con agua fría, desayunar una mezcla equilibrada de fruta, fibra, proteínas e hidratos, ponerse el cinturón de seguridad, no tomar más de un café durante la mañana, hay que, hay que, HAY QUE... por lo menos lo prohibido tiene el morbo de saltárselo, lo obligatorio no hay manera de hacerlo. Por eso es obligatorio.
¿Has entendido ahora el significado de VERSUS, querida nieta? HAY QUE saber latín.
Hasta pronto, queridos amigos. Tengo que marcharme, en mi residencia HAY QUE estar antes de las seis y ESTÁ PROHIBIDO tocar el trombón después de las ocho.

lunes, 22 de noviembre de 2010

MIGUEL RÍOS: COLISEO DE A CORUÑA. 20-11-2010****




PUES NO, NUNCA MUEREN


CLASIFICACIÓN

****Vete a primera fila y al acabar secuestra a la banda y llévatela a tu casa.
*** Vete a primera fila y al día siguiente compra todos los conciertos en DVD.
** Quédate por el medio y al acabar descarga algún vídeo de los conciertos.
* Clávate en la barra del bar del concierto y mázate a copas




El sábado fui a mi cuarto y, me temo, último concierto de Miguel Ríos. Es el artista que más veces he visto en directo y siempre en la misma ciudad. Desde aquel Rock and Ríos de octubre de 1982 ha pasado mucha agua debajo del molino, y no siempre limpia. Dada mi tendencia a las estructuras circulares no podía faltar al evento. Poderosas razones de índole sentimental me empujaban a hacerlo también. No me arrepiento.
Miguel Ríos tiene 66 años excelentemente bien llevados. Salió al escenario con diez minutos de retraso sobre el horario previsto enteramente vestido de negro, con muchas ganas de hacer mover el culo al respetable y durante casi tres horas deleitó a los 7.000 viejos rockeros que querían acompañarlo en el único concierto en Galicia de su gira de despedida.
Abrió el espectáculo con el tema principal de su último disco: "Memorias de la carretera", para continuar con "Bienvenidos" y "Generación límite". Muchísima marcha. Excelente de voz, fuerte, sin necesidad de bajar el tono a ningún tema. Muy buena la banda acompañante, sobre todo guitarra y piano, aunque en un par de canciones se comieron compases. Enrolladísimo con el público, habló del tiempo (ese día había en La Coruña un temporal de los buenos, de hecho la que suscribe se puso como un pingo desde el coche hasta el recinto del concierto), de los percebes y del maravillosos público que había ido a verle desafiando los elementos. Mi primer momento de delirio llegó cuando tocaron "Nueva Ola". Ya saben, la mano luminosa de neón de color rosa. Nunca la había oído en directo. Y fue capaz de cantarla sin despeinarse... Después vino una retahíla de medios tempos, lógicamente. El rockero tiene ya casi setenta tacos y no puede estar pegando saltos continuamente. Entre ellas, muchas de mis favoritas: "No estás sola", "El río", "Santa Lucía" y el maravilloso "Blues del autobús". Ahí ya entré en trance directamente. He seguido la carrera de Miguel los últimos años un poco ya a trancas y barrancas, lo suficiente para darme cuenta del giro que ha ido dando hacia el blues en detrimento del puro rock, cosa que me parece bien, por cierto, pero le agradezco enormemente que casi todos los temas del concierto fueran de su época más rockera, cuando me sabía todas y cada una de las letras. Me gustó su ramalazo reivindicativo con "Antinuclear", su capacidad de emocionar con un maravilloso "Todo a pulmón" y las marchosas "El sueño espacial", "Año 2000", "Un caballo llamado muerte", "Maneras de vivir" y "Sábado a la noche". Quizá sobró "El ruido de fondo". Ya nosotros hacíamos bastante.
Y, como no podía ser de otra manera, terminó con el "Himno a la alegría". Mientras, nosotros conseguíamos por gentileza de la organización el póster de la gira, que a partir de ahora hará juego en nuestro particular Rock' n 'Roll hall of fame junto al de la gira del Rock´n´Ríos. Como está mandao. Porque los viejos rockeros nunca mueren.


viernes, 19 de noviembre de 2010

LO PROHIBIDO

Me estreno en este blog. Mi compañera de página me ha invitado a hacerlo. No podía rechazar la invitación, que se produjo de la siguiente manera: estábamos en nuestra pequeña redacción ella, el viejo sordo que usa trompetilla, duerme eternas siestas y tira ventosidades sin cortarse un pelo, y yo. Entonces ella me dijo: “ya estás publicando algo o te echo a patadas en el culo”. Ante tan exquisita sugerencia, no me queda más remedio que ponerme a ello. Y créanme que no tengo mucho tiempo. Esta mañana, sin ir más lejos, estuve ocupadísimo entre la lectura de mi correo, un par de horas en facebook jugando al tesoro y tres horas de chat en el Messenger con mi amigo Carlos Losada, que tenía la desfachatez de discutirme quién de los dos había sido el primero en gozar de las delicias de Pavita González allá por nuestro primero de BUP. Por supuesto, fui yo; pero me costó hacérselo entender. Qué flaca se vuelve la memoria a partir de los cuarenta.

He aquí que mi compañera de blog se ha tomado la libertad de lanzarme un reto para hablar sobre cierto tema. No voy a hacerlo. No voy a hacerlo porque apenas si tengo conocimientos sobre ello; y yo de lo que no sé, no hablo. Pero sí usaré el texto como pretexto para explayarme sobre una idea que he desarrollado a partir de lo que cierta encantadora dama dijo en los comentarios.

En mi juventud la masturbación era pecado. Desde que a uno le empezaba a cambiar la voz y a salirle pelusilla en el bigote y en otras partes del cuerpo, ya empezaba a escuchar la misma cantinela: se volvía uno loco, te quedabas ciego, tullido, cojitranco, impotente, estéril y cejijunto… en fin. ¿Qué les voy a contar que no sepan ya? Los tiempos han cambiado mucho y hoy en día ya no sólo no es pecado, tampoco es delito punible. Usted se la puede cascar en la calle tranquilamente a plena luz del día que, como mucho, pasará un rato en el cuartelillo. Por supuesto, libertad para manejar el propio cuerpo, como no podría ser menos en una sociedad democrática. El problema es que si no está prohibido dejará de ser divertido, al menos para mí.

Reflexiono sobre esta cuestión a tenor de algo que me dijo mi encantadora esposa el otro día. Llegó a casa enfadada, la niña le había montado un escándalo en la calle.

-Haberle dado un azote en el culo –sugerí yo.

Ella me miró como si hubiera dicho el mayor dislate de la historia.

-¿Algo te funciona mal por ahí arriba, José Luis? –por supuesto, ella sabe que por abajo todo funciona perfectamente –Ibamos por una calle llena de bancos.

Necesité treinta segundos para entender lo que quería decir con eso: bancos, ergo cajeros automáticos, ergo cámaras de seguridad.

-Hiciste bien, Roberta –respondí con admiración.

Y es que resulta que ahora los padres no podemos ejercer nuestra libertad como tales y dar un azote en el trasero a nuestros hijos en público nos puede suponer una denuncia anónima por malos tratos. Y si nos ponemos a pensar, tal y como hice yo ayer por la tarde, llegamos a la conclusión que en nuestra avanzada sociedad democrática todo está casi tan prohibido como en una dictadura. Todo. Uno puede cantar a voz en grito “El cara al sol” o “La internacional” y nadie se escandalizará ni será detenido por comportamiento subversivo. Y poco más. El resto está todo prohibido. Vivimos en una sociedad llena de carteles con imperativos y prohibiciones. Y eso me angustia y me genera unos deseos locos de tirar basura en la calle, conducir sin cinturón y hablando por el móvil, saludar a mis amigos con un sonoro bofetón si algún policía está pasando por delante en ese momento, ir en moto sin casco, e incluso, con el asco que me da, fumar.

Lo que más me repugna de este asunto es cómo meten mano salvajemente en unos temas y en otros tenemos que permitir un libertinaje propio de una república bananera: chicos haciendo botellón sin dejar dormir a nadie en toda la noche, a gritos, con la música a toda caña, dejando todo hecho un asco… ah, eso no, pobrecitos, se pueden traumatizar si se les quita la diversión. No hay manera de legislarlo, nadie le pone el cascabel al gato. Por no hablar de la pésima regulación de los contenidos de las televisiones emitidos en horario infantil: yo a Jorge Javier Vázquez lo mandaba a galeras y después lo hacía ahorcar y descuartizar por si las moscas. Y ya no me voy a meter en la notoria relajación de nuestro sistema judicial y penal, donde para conseguir una condena por asesinato de más de cinco años hay que cargarse a un edificio entero durante años con estricnina obtenida en casa para no entrar por una puerta de la comisaría y salir por la otra lustrándote las uñas en la solapa de la chaqueta y, probablemente, con un contrato jugoso para ir a ladrar tu experiencia en alguna patética televisión. ¡De vergüenza! Prohíben por un lado y dan caramelos y acceso franco por otro. Y me pone los pelos de punta, porque no quiero que mi hija se eduque en una sociedad así. Creo que mi actual tendencia hacia la monogamia y la fidelidad se debe precisamente a lo tolerante que es la sociedad con ese tema: no está prohibido, por lo tanto no me seduce.

Yo quería dedicar mi primera entrada de blog a mis rubias favoritas. Otro día será. Encantado de escribir para ustedes.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

PLACERES SOLITARIOS

El que aterrice en esta entrada pensando en encontrarse un tratado sobre la masturbación, puede ir marchándose por donde ha venido. Si el abuelo quiere hablar del tema bajo un punto de vista científico o José Luis bajo el punto de vista... de José Luis, que lo hagan.
Hablando de José Luis, el otro José Luis, el cero PATATERO, ha decidido obsequiarnos a cierta parte de la población con un nuevo juguete, un nuevo placer solitario, algo exquisito, accesible sólo a unos pocos: me refiero a fumar. Ése se va a convertir en el placer solitario de los españoles a partir del día dos de enero. Gracias a Patatero y a la Santísima Trini, que después de cagar y dejarnos la mierda (ley antitabaco) necesita un merecido descanso para pasear su generoso trasero por unos cuantos países, visita hospitalaria a Evo Morales incluida.
Porque fumar será a partir de ahora algo que, una de dos, o dejaremos de hacer o haremos con un íntimo e infantil regocijo, como si estuviéramos haciendo algo malo y delicioso al mismo tiempo. Algo que tendremos que planificar y desear, fantaseando con la llegada del momento. "Oh" pensaremos "Dentro de media hora saldré a disfrutar de un pitillito". En mi caso, que fumo tabaco de liar, el ritual se alarga y por lo tanto el disfrute, la premeditación y la alevosía, también.
Los talibanes del tabaco, que los hay y no pocos por cierto, hace meses que intentan envenenar nuestros oídos tanto como el humo que estamos deseando inhalar: "fuma, fuma, que ya te queda poco". Nunca sé si se refieren a mi vida de fumadora o, sencillamente, a mi vida. Y yo entonces les preguntó por qué. Y ellos me contestan que porque ahora no se va a poder fumar en ningún sitio. Y yo les digo que en la calle sí, y en mi casa. Y ellos me preguntan si me compensa salir a fumar a la calle, y entonces yo respondo que sí desde el momento en que fuera habrá fumadores solidarios que no se dedicarán a darme el coñazo como el que en ese momento me está preguntando gilipolleces, y ya se ha montado.
Vaya por delante que estoy de acuerdo con la ley antitabaco tal y como está. Entre otras cosas y por la parte que me toca, ha contribuido a hacer que un cierto número de fumadores dejen el hábito o lo reduzcan a cantidades anecdóticas, como es mi caso. Pero de ahí a prohibirlo en los locales de ocio, locales que, dicho sea de paso, hace cuatro años se gastaron una pasta en reformas para adaptarse a la ley aún ahora vigente, me parece una exageración. No me refiero exactamente a los restaurantes o a las cafeterías de diario: hablo de bares de copas, pubs y discotecas, donde cada uno es mayorcito para saber en qué ambiente se mete y lo que se mete. Ambientes que no tienen por qué estar cargados de humo si tienen instalado un buen extractor. Ambientes frecuentados por fumadores. Ambientes que ahora tendrán el ambiente, me temo, de puertas afuera, mientras dentro una minoría de no fumadores aburridos se pregunta por qué el local está tan vacío y la calle tan concurrida y animada. Bueno, échenle la culpa al de siempre: a Patatero.
Otra cosa mucho más seria y que realmente me produce náuseas es la doble moralidad que trae esta ley. Por un lado, la prohibición en pro de nuestra salud, de recortes en los gastos de sanidad por los daños del tabaco, bla, bla, bla... y por otro, el tabaco que se sigue vendiendo alegremente en estancos y otros establecimientos autorizados pero no indicados para hacerlo. ¿No quieren que fumemos? Perfecto, PROHÍBAN LA VENTA DE TABACO. Yo seguiré fumando, si no es tabaco, será manzanilla, o marihuana, vaya usted a saber. Ah, claro, pero es que si se prohíbe la venta de tabaco se dejan de ingresar jugosos impuestos de lujo que sirven, entre otras cosas, para financiar la Seguridad Social que cura no sólo a los enfermos a causa del tabaco. Y eso no conviene nada. Lo que me lleva a una tercera reflexión: tabaco cargado de sustancias propelentes y autorizadas por el gobierno que están encaminadas a enganchar al fumador iniciático lo más rápido posible, y hacerle pagar así su canon de impuestos de lujo por haber cometido la osadía de encenderse un pitillo. Eso porque no existe ya el garrote vil, que si no...
Y además me pregunto: ¿Se va a poder fumar en La Moncloa? ¿No es acaso un espacio público? ¿No lo pagamos todos los españoles? ¿Tendrá que salir Patatero al jardín a fumar y alejarse diez pasos del perímetro ya que allí viven menores? Porque Patatero es fumador, ¿saben? Con la que tiene encima, lo que me extraña es que además no sea alcohólico y adicto al crack si se tercia.
Con su permiso (el de ustedes, no el de Patatero) les dejo hasta otra. Me han entrado ganas de fumar un cigarrito.

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Llevo una temporada de perros, pero de perros callejeros, que hay algunos perros que viven bastante mejor que yo. Han sucedido algunas cosas que me obligan a tomar una decisión drástica con respecto a este blog. Para empezar, la querida Suzie tomó las de Villadiego hace ya unos cuantos meses y me dejó tirada, por lo que me he estado haciendo cargo de este blog yo sola. Así que tuve que hacer un casting buscando colaboradores, pero todo lo que se me presentó valía más bien poco. Mi abuelo Cocinillas ya colaboraba aquí esporádicamente, así que cuando se brindó a estar de forma más permanente no le dije que no: la experiencia es un grado y mi abuelo, a sus ciento y pico mil años, va sobrado. El problema es el "otro" colaborador, que se presta encantado a hablar sobre el mundo femenino en toda su extensión. Si habla mucho le restringiré la entrada y punto. Necesito desdramatizar el drama de mi vida. Dicen que quien canta sus males espanta, y yo voy a cantar a voz en grito, vive Dios. Así caigan chuzos...