LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

MORGANA

JOTAELE

AGÜELO COCINILLAS

Oficialmente, profesora

Escritora

Casada y madre de familia

Me gusta leer, escribir y el rock and roll

Toco la guitarra

Hago dameros

Me gusta Patán

Odio la política y los programas del corazón

Oficialmente, abogado

Seductor

No sabe, no contesta

Me gustan las mujeres

Toco lo que me dejan

Hago el amor

Me gusta Betty Boop

Odio a Belén Esteban y a María Antonia Iglesias

Oficialmente, jubilado

Naturalista

Viudito y disponible

Me gusta observar la naturaleza humana

Ya no toco nada

Hago disecciones

Me gusta doña Urraca

Odio la caza, la pesca y los toros.

LIBROS LEÍDOS INVIERNO 2013

J.K. ROWLING: Una vacante imprevista
NOELIA AMARILLO: "¿Suave como la seda?
LENA VALENTI: "Amos y mazmorras"

martes, 13 de diciembre de 2011

COMIENDO POR LA CORUÑA: O CABO**

CLASIFICACIÓN:

*****Pásate todo el mes ahorrando para ir
****  Espera a que te invite tu churri
***    No está mal, pero cocina mejor tu madre
**     Píllate algo en el kebab de debajo de casa
*       Coge fama y échate a dormir: aprende a cocinar, coño

Plaza Orense, 2, 15004 A Coruña
881 92 74 71 

No es que cocinen mal, no. Todo lo contrario. El problema que tiene O Cabo, al que debo calificar como tapería a falta de clasificaciones, es que su relación calidad-precio me parece francamente abusiva. Que por un plato de carpaccio, un calamar (grande, eso sí) y cuatro vinos me cobren 50 euros me parece una tomadura de pelo. Todo muy rico, eso sí. La materia prima es excelente y cuanto menos la manipulen, mejor. Es preferible pedir platos poco elaborados, como mariscos al vapor o pescados a la plancha, que tostas, pongo por caso. Cada copa de Ribera del Duero cuesta la friolera de 3 eurazos y, además, las llenan poco. El personal es muy amable, pero o no dan abasto o gestionan mal su tiempo, pues como el recinto (pequeño) esté un poco lleno tardan en atender más de lo recomendable. Tampoco tienen carta, cosa que a algún tiquismiquis pondrá los nervios de punta. Cantan los platos a viva voz y tienen una pizarra complementaria. En resumen: no te preparan para el clavazo. Y como colofón, si no cenas allí no te sirven café. Creo que bajar un poco los precios de los vinos ayudaría. A mí no me van a volver a ver el pelo en mucho tiempo, desde luego.


CINCO MESES. SEIS KILÓMETROS. UN CAMBIO DE CASA

Bueno, pues tenía que ser. Después de cinco meses creo que esta pequeña y sana afición merece un espacio propio, aunque este sea un blog multitemático. Lo que no quiero es que se vuelva monotemático, precisamente. Si os queréis seguir partiendo el culo de risa con mis patéticos avances, a partir de ahora podéis hacerlo aquí. Seréis bienvenidos.