 |
www.eljuglardelalibertad.blogspot.com |
Créanme
que me están entrando ganas de escribir el título de esta entrada como los
niños pequeños de mi época, es decir, con uve y sin hache, o como lo harán los
adultos que estudien bajo la ley Wert (pronunciar como un balido de oveja,
please). Lo digo porque los niños, esas inocentes criaturas, creen, desde sus
bondadosos e ingenuos corazones, que diciendo tal cosa la prohibición nunca se
llevará a la práctica. ¡Animaliños míos, qué equivocados están!
Me
refiero por supuesto al nuevo regalo que nos tiene preparado el gobierno, una
ley de ciudadanía o de nosequé cojones
de pato mediante la cual el guardia de la porra (que ahora dan solfa que te
cagas a la mínima) puede multarte por flagrante delito sin leerte tus derechos
(lógico, no los tienes) ni juicio previo ni hostias en vinagre y cuyo borrador
se va filtrando insidiosamente día a día, como la tortura china de la gota, en
las redes sociales por aquello de que nos tenemos que ir acostumbrando. Por
ejemplo: el madero te puede empapelar por practicar deporte (no te dicen cuál)
en una zona habilitada para ello (tampoco te lo dicen). Y la última perla del
Caribe de la que me he enterado y que me ha helado en las venas mi sangre del
grupo AB negativo (lo digo a ver si me espían, se creen que soy vasca y me
destierran de una puta vez de esta mierda de país de pandereta) es que va a
salir una ley que prohíbe ir chuzas por la calle. Como lo leen, oigan. ¿Decían
que el franquismo ha vuelto? Nooooo, al lado de esto la dictadura de Franco era
una democracia, por lo menos un honrado ciudadano podía tajarse a gusto e ir
haciendo eses como si no le llegara la calle tranquilamente.
¿Pero
a qué extremos vamos a llegar? ¿Cuánto va a aguantar la sufrida población (la
que no los votó, los otros que se jodan) hasta explotar como un petardo de
feria? Porque, señores míos, esto me temo que sólo es la punta del iceberg.
Cuando salió elegido el de las barbas del profeta les juro por las suelas de
mis Loboutin que jamás pensé que la cosa se desmadrara de semejante manera.
Supuse que nos iban a apretar un poco las clavijas, sí. ¿Pero esto? Y como yo
tengo mucha imaginación, se me ha dado por pensar en todo lo que pueden
prohibir y multar a partir de ahora, verbigracia: tirar pedos, usar tanga, que las
mujeres usen pantalones, que los hombres usen pantalones cortos (eso lo
aplaudo), llevar barba, usar anticonceptivos, follar en otra posición que no
sea el misionero, sacar a los discapacitados a la calle, que hace feo, no
saberse el "cara al sol" ni la lista de los reyes godos, en fin...
¿quieren que siga?
Éramos
la democracia más envidiada del planeta, ÉRAMOS, digo. Con lo que costó ganarse
los derechos y libertades. Los que vivimos la época de la transición sufrimos
el pasarse al otro lado y el desfase de "hago lo que me da la gana porque
puedo", años en que las calles eran ciudad sin ley llena de gentuza que te
daba el palo, el tirón desde una moto y/o te tocaba las tetas sin venir a
cuento y sin que nadie moviera un dedo. Lo sufríamos porque, en el fondo,
sabíamos que con el tiempo las cosas se calmarían y esto dejaría de ser una
inmensa pastelería rodeada de hambrientos y todo se relajaría cuando la gente
se acostumbrase a la recién estrenada libertad. Y mientras esto empieza a tener
espeluznantes concomitancias con el III Reich, un montón de tiñalpas, porque no
tienen otro nombre, asesinos, violadores, terroristas y gente de la peor calaña
condenada a chorrecientos mil años de cárcel sale por nosequé de la puta
doctrina Parot, que no sé de qué va ni maldita si me importa, que para eso sí
que hay que ser muy europeo, muy democrático y muy comprensivo. Insisto: Mi no
comprender, y además no quiero comprender, que ya soy mayor y me he ganado el
derecho a disfrutar de mis libertades. Y con la poca que me queda digo que al
señor Rajoy y a toda su pandilla basura les pueden ir dando pomada por lo que a
mí respecta.
Ah,
por cierto. No tengo unos Loboutin, por supuesto. Con lo que me paga el
gobierno de la piel de toro no me da ni para los de imitación de los chinos.