Mis queridos amigos, bienvenidos a una nueva edición de mi clase de historia natural. Hoy centraremos nuestro estudio en LA COTORRA.
La cotorra responde al nombre científico de CHAFARDERIS VULGARIS, y es espécimen frecuentísimo en nuestra sociedad actual. Realmente, siempre ha sido así, se han encontrado fósiles antiquísimos que responden a su morfología, como bien me indica mi colega el Tío Bisbalus, antropólogo de una prestigiosa universidad.
De variopinto aspecto físico, la cotorra es difícil de reconocer hasta que abre la boca. Abunda entre ambos sexos, siendo ligeramente más frecuente su presencia entre el femenino. Estudios actuales dicen que nos acercamos peligrosamente a la paridad en este aspecto. Quizá tienen en común una ligera tendencia a acumular grasa en las extremidades inferiores, resultado de pasar gran parte del día sentados en tertulias y foros varios, ejerciendo su ministerio, es decir, la charla incesante.
La necesidad imperiosa y compulsiva de hablar hasta la extenuación propia y ajena es la característica más relevante e irritante de la cotorra. Hay que tener en cuenta que, en este caso, la comunicación no tiene por qué establecerse de forma bidireccional, a la cotorra no le importa hablar sola, es más, suele hacerlo con harta frecuencia.
Su metabolismo funciona de forma extraña: puede pasar horas sin comer, y de hecho lo hace si por comer tiene que pasar sin charlar; por tanto, tiende a ingerir alimentos pocas veces al día en grandes cantidades, sin apenas masticar para poder tener más tiempo que dedicar a su actividad favorita, aunque necesita de todas las calorías posibles para mantener su enérgica cháchara. En cuanto al sueño, la cotorra roba horas de reparación a su cuerpo en aras de su actividad favorita: cotorrear.
La dieta la cotorra es… lo primero que se encuentre en la despensa y/o nevera. Su tendencia a no perder un tiempo que puede ser precioso para la conversación la hace ser clienta frecuente de establecimientos de comida rápida por pedido telefónico, tipo Telepizza.
Sus sentidos están exacerbados, siendo excelentes la vista y el oído, siempre atenta a no perderse ninguna conversación interesante.
En cuanto a la madurez sexual, la cotorra no tiene tiempo para esas cosas, por lo que no la alcanza jamás..
El hábitat de la cotorra está muy acotado: teléfono, televisión reunioones sociales y foros de internet. En el caso de la televisión, hablamos ya de cotorras con cierta fama y conocimiento de causa.
La cotorra puede llegar a ser un animal parásito: puesto que su principal actividad no le reporta beneficios económicos, alguien tiene que financiar su sistema de vida.
Tras largos años de investigación, la comunidad científica opina unánimemente que la cotorra es indomesticable, por lo que no es aconsejable EN ABSOLUTO como mascota.
Uisssssssssssss menos en lo de lo sexual que en eso si que si, casi que creo que soy una cotorra de estas jajajajaja.
ResponderEliminarUn cacho beso mu grande preciosa y buen día
igualmente, guapa. NO COTORREES MUCHO, jajajaja
ResponderEliminarjajajaja
ResponderEliminarme ha gustado lo de chafardir
mu bueno
te he dejado una cosita en mi blog, pasate a recogerlo
besosss