LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

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LIBROS LEÍDOS INVIERNO 2013

J.K. ROWLING: Una vacante imprevista
NOELIA AMARILLO: "¿Suave como la seda?
LENA VALENTI: "Amos y mazmorras"

jueves, 13 de febrero de 2014

CONCIERTO DE COVERLAND EN EL TRIBECA 2.0. 31-01-2014

foto cortesía de RUBÉN NOVO
 
COVERLAND:
Celso Madriñán: guitarra. Roy Phillips: voz. Bruno Couceiro: Batería. Ale Cambón: bajo.
PLAYLIST:
Eleanor Rigby
Cocaine
Ziggy Stardust
Born to be wild
Popurri de Hendrix
Popurri de los Rolling
You really got me
Keep on rocking in the free world
Come together
Drive my car
Two princes
Hard to handle
Always on the run
Superstition
You got me
Baba O'Riley
Popurri de Queen
Viernes y fin de mes. Una noche de perros, con toda La Coruña azotada por la enésima ciclogénesis explosiva, que es como se le llama ahora en lenguaje molón a los temporales de toda la vida, mira tú. Pasar el Rubicón del Orzán (por los soportales, of course) una pesadilla digna de figurar en el programa aquél de "Al filo de lo imposible", en fin, un horror. Y yo que decido abandonar la calidez del hogar para ir a ver al grupo de rock coruñés Coverland, del que no tenía noticia, o más bien, creia que no la tenía, porque realmente ya los había entrevisto hace cuatro meses atrás en el Moom. Digo entrevisto porque estaba con una peña en plan tertulia y no me pude acercar a verlos y me quedé con las ganas.
Actuaban los Coverland en el Tribeca 2.0, en el Orzán, que si bien no es el mejor local del mundo mundial para una concierto de rock, dado que es largo y angosto, sí se presta para un ambiente así como de rollito familiar y cercano, en plan paz y amor y el plus pal salón y fijarse en un montón de detalles que en otro lugar pasarían inadvertidos. Así que me aposenté a un metro de su guitarrista, Celso Madriñán, que también lo es del grupo Marlango, por cierto, dispuesta a no perderme una nota.
En cuanto arrancaron los primeros compases de Eleanor Rigby me di cuenta que eran los mismos a los que me había quedado sin ver en el Moom. Los Coverland hacen versiones de clásicos del rock, bien elegidas, de forma impecable y estupendamente adaptadas. Funcionan como una máquina bien engrasada. Los temas están adecuadamente seleccionados para la voz de Roy Phillips, que aguantó casi dos horas de concierto sin despeinarse dando el callo. Un poco de todo en la antología: Beatles, Rolling, The Who, Bowie, los Kinks... gente más reciente como Lenny Kravitz o Spin Doctors y otros ya no tan rockeros como Stevie Wonder u Otis Redding. Un repertorio muy ecléctico, en resumen. Olé por atreverse (y resolver felizmente) con un tema tan poco rockero como Eleanor Rigby, por cierto.
Me andaba a mí en la cabeza cómo iba a resolver la banda el asunto de reducir a una sola guitarra una porción de temas que originalmente se hace con dos, así que no le quité el ojo de encima a la Fender de Madriñán, más que nada por envidia insana, todo hay que decirlo. No se echó de menos en absoluto un segundo guitarrista: Ale Cambón cubría perfectemente con su bajo de cinco cuerdas mientras Celso hacía ambas partes, la rítmica y los solos, sin mayores complicaciones, usando un sencillo pero efectivo transporte de acordes en la primera y volando por el mástil en las segundas. Aparte de la guitarra, también le envidié las manos, qué solos más buenos. Me gustó especialmente la versión de Cocaine. A medio concierto cambió a la Telecaster, enseguida supe por qué, necesitaba la afinación en sol abierto para los temas de los Rolling. Excelente idea la de los popurris para calentar al público sin llegar a cansarlo. Y, desgraciadamente, casi acabando el concierto se le rompió una cuerda, lo que lo obligó a cambiar nuevamente de guitarra sin mayores problemas. Hicieron un bis con un público ya totalmente entregado (le costó un poco arrancar, supongo que por la cercanía del grupo, estaban a un metro de la gente y a la misma altura) y terminaron, dejándonos con ganas de más. No se preocupen, se comenta que volverán a actuar en el Tribeca en Carnavales y yo desde luego no me lo pienso perder.
En fin, que mereció la pena mandar mis barcos a luchar contra los elementos, como decía el otro. Mientras espero su próxima actuación, iré echándole un vistazo a lo que se cuece en el panorama coruñés. Cada vez me gusta más ir a ver a las bandas locales, ya que los elefantes sagrados del rock no se dejan caer demasiado por estos lares. Y con el nivel que empieza a haber y la oferta de locales, me temo que sus satánicas majestades van a tener que esperar por mí...

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