LOS QUE HACEMOS DE ESTE BLOG UNA CASA DE LOCOS

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MORGANA

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AGÜELO COCINILLAS

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LIBROS LEÍDOS INVIERNO 2013

J.K. ROWLING: Una vacante imprevista
NOELIA AMARILLO: "¿Suave como la seda?
LENA VALENTI: "Amos y mazmorras"

miércoles, 17 de noviembre de 2010

PLACERES SOLITARIOS

El que aterrice en esta entrada pensando en encontrarse un tratado sobre la masturbación, puede ir marchándose por donde ha venido. Si el abuelo quiere hablar del tema bajo un punto de vista científico o José Luis bajo el punto de vista... de José Luis, que lo hagan.
Hablando de José Luis, el otro José Luis, el cero PATATERO, ha decidido obsequiarnos a cierta parte de la población con un nuevo juguete, un nuevo placer solitario, algo exquisito, accesible sólo a unos pocos: me refiero a fumar. Ése se va a convertir en el placer solitario de los españoles a partir del día dos de enero. Gracias a Patatero y a la Santísima Trini, que después de cagar y dejarnos la mierda (ley antitabaco) necesita un merecido descanso para pasear su generoso trasero por unos cuantos países, visita hospitalaria a Evo Morales incluida.
Porque fumar será a partir de ahora algo que, una de dos, o dejaremos de hacer o haremos con un íntimo e infantil regocijo, como si estuviéramos haciendo algo malo y delicioso al mismo tiempo. Algo que tendremos que planificar y desear, fantaseando con la llegada del momento. "Oh" pensaremos "Dentro de media hora saldré a disfrutar de un pitillito". En mi caso, que fumo tabaco de liar, el ritual se alarga y por lo tanto el disfrute, la premeditación y la alevosía, también.
Los talibanes del tabaco, que los hay y no pocos por cierto, hace meses que intentan envenenar nuestros oídos tanto como el humo que estamos deseando inhalar: "fuma, fuma, que ya te queda poco". Nunca sé si se refieren a mi vida de fumadora o, sencillamente, a mi vida. Y yo entonces les preguntó por qué. Y ellos me contestan que porque ahora no se va a poder fumar en ningún sitio. Y yo les digo que en la calle sí, y en mi casa. Y ellos me preguntan si me compensa salir a fumar a la calle, y entonces yo respondo que sí desde el momento en que fuera habrá fumadores solidarios que no se dedicarán a darme el coñazo como el que en ese momento me está preguntando gilipolleces, y ya se ha montado.
Vaya por delante que estoy de acuerdo con la ley antitabaco tal y como está. Entre otras cosas y por la parte que me toca, ha contribuido a hacer que un cierto número de fumadores dejen el hábito o lo reduzcan a cantidades anecdóticas, como es mi caso. Pero de ahí a prohibirlo en los locales de ocio, locales que, dicho sea de paso, hace cuatro años se gastaron una pasta en reformas para adaptarse a la ley aún ahora vigente, me parece una exageración. No me refiero exactamente a los restaurantes o a las cafeterías de diario: hablo de bares de copas, pubs y discotecas, donde cada uno es mayorcito para saber en qué ambiente se mete y lo que se mete. Ambientes que no tienen por qué estar cargados de humo si tienen instalado un buen extractor. Ambientes frecuentados por fumadores. Ambientes que ahora tendrán el ambiente, me temo, de puertas afuera, mientras dentro una minoría de no fumadores aburridos se pregunta por qué el local está tan vacío y la calle tan concurrida y animada. Bueno, échenle la culpa al de siempre: a Patatero.
Otra cosa mucho más seria y que realmente me produce náuseas es la doble moralidad que trae esta ley. Por un lado, la prohibición en pro de nuestra salud, de recortes en los gastos de sanidad por los daños del tabaco, bla, bla, bla... y por otro, el tabaco que se sigue vendiendo alegremente en estancos y otros establecimientos autorizados pero no indicados para hacerlo. ¿No quieren que fumemos? Perfecto, PROHÍBAN LA VENTA DE TABACO. Yo seguiré fumando, si no es tabaco, será manzanilla, o marihuana, vaya usted a saber. Ah, claro, pero es que si se prohíbe la venta de tabaco se dejan de ingresar jugosos impuestos de lujo que sirven, entre otras cosas, para financiar la Seguridad Social que cura no sólo a los enfermos a causa del tabaco. Y eso no conviene nada. Lo que me lleva a una tercera reflexión: tabaco cargado de sustancias propelentes y autorizadas por el gobierno que están encaminadas a enganchar al fumador iniciático lo más rápido posible, y hacerle pagar así su canon de impuestos de lujo por haber cometido la osadía de encenderse un pitillo. Eso porque no existe ya el garrote vil, que si no...
Y además me pregunto: ¿Se va a poder fumar en La Moncloa? ¿No es acaso un espacio público? ¿No lo pagamos todos los españoles? ¿Tendrá que salir Patatero al jardín a fumar y alejarse diez pasos del perímetro ya que allí viven menores? Porque Patatero es fumador, ¿saben? Con la que tiene encima, lo que me extraña es que además no sea alcohólico y adicto al crack si se tercia.
Con su permiso (el de ustedes, no el de Patatero) les dejo hasta otra. Me han entrado ganas de fumar un cigarrito.

5 comentarios:

  1. Que razón tienes Morgana. Me parece indignante tanta prohibición y tanta norma ...
    Estoy tan harta, tan harta que voy a plantearme seriamente empezar a fumar!!!!
    Bsts. Maite

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  2. Reconozco que no te falta razón, pero yo, egoístamente, sólo pienso en lo que me va a gustar eso de no tener que sentarme en la "zona de fumadores" cuando vaya a cenar o a tomar algo con mis amigas y que estas ya no se pasarán el rato ahumándome como a un salmón :(

    Orianna.

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  3. Los no fumadores tenéis pleno derecho a espacios sin humo, faltaría más. Nosotros sólo pedimos espacios propios, que haya bares sólo para fumadores, y tampoco necesitaríamos demasiados, que estamos acostumbrados a que se nos deje lo peorcito, jajaja.
    Maite, sobre las prohibiciones continuas en esta mal llamada democracia hablaré, o más bien ladraré, otro día. Vivimos en un estado policial.
    Bsss

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  4. Yo estoy de acuerdo con la ley antitabaco. No entiendo en cambio que tengan que prohibir nada mientras ellos mismo, tal y como dices, recogen un montón de impuestos.
    En cambio sí que , como superfumadora pasiva pienso que tendrían que hacer algo.. tipo: ese dinero que recaudan, emplearlo en ayudar y volver a ayudar a los que quieran dejar de fumar, tantas veces como sea necesario hasta que lo consigan. Porque las pastillitas que te dan para ayuda, y los chicles que supuestamente ayudan..valen una pasta, de la que también recaudan los consiguientes impuestos..es la pescadilla que se muerde la cola.. pero siempre salen ganando ellos (el gobierno digo)

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  5. Estamos claramente en un mundo cada vez más uniformado y policial. Poco creativo y borrego. Al que discrepa se le criminaliza o ridiculiza y eso no sólo a gran nivel , sino nosostros mismos y de forma cotidiana. Eso sí, muchas veces , ni nos damos cuenta, y hablamos de "los otros". Los cambios empiezan por uno mismo, y se va sumando y a lo mejor algún día cambiamos algo. Necesitamos voces críticas e independientes como tú , que qporten algo de luz en éste mundo gris.. Gracias.

    BISBAL.

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