Leo esta semana, en uno de esos suplementos dominicales que reparten con el periódico, una entrevista con la gurú de las maquilladoras, Bobbi Brown. En ella, la neoyorquina desvelaba alguno de los secretos de su estupendo aspecto a los cincuenta años, entre ellos no comer azúcares ni harina porque son “como un veneno para el cutis y el cuerpo”, para, a continuación, incurrir en espantosa contradicción diciendo que se inyecta bótox cada dos años. Y yo me pregunto: ¿pero el bótox no es toxina botulínica, ergo, veneno? Es decir, deduzco que el veneno que se ahorra no tomando azúcares (que hasta hoy no se ha demostrado que sean tóxicos) lo gasta a placer en esas horrorosas inyecciones que convierten la cara en bidimensional (que sí se ha demostrado que son un veneno).
¿Hasta dónde vamos a llegar en nuestra carrera de fondo contra el envejecimiento? Cada día salen más productos prometiendo la eterna juventud aparente (por dentro se sigue envejeciendo y cumpliendo años) y mucha gente en contra de las inyecciones aplanadoras los usa, sin saber que se está metiendo el mismo veneno que el bótox. Me refiero, en concreto, a dos engendros llamados baba de caracol y veneno de serpiente. Ambos prometen alisar las arrugas como por arte de magia. Y que no se me mosquee nadie en el patio, estoy hablando del principio activo, no de ninguna marca cosmética.
Intrigada con el tema, pregunté a los profesionales médicos que tengo a mi alrededor, que son unos cuantos. Todos contestaron lo mismo: tanto la baba de caracol (sólo el nombre me da ganas de vomitar) como el veneno de serpiente actúan paralizando los músculos, dando así la sensación de alisamiento, porque es como el organismo reacciona a la introducción de una toxina en el cuerpo. Sanísimo ¿no?
Eso es lo que más gracia me hace: la convivencia de lo natural y lo antinatural en nuestra sociedad. Por un lado, la gente se rasga las vestiduras ante todo lo que sea procesado, procedente de cultivo intensivo o manipulado. “Oh, no” oyes decir a menudo “Yo sólo como productos de cultivo biológico, huevos de corral, pescado de bajura, fruta de temporada…” Lo cual está muy bien, si puedes pagarlo. Y después esas mismas personas cometen la aberración de inyectarse bótox, meterse silicona que revienta y se desparrama por el cuerpo o productos que estimulan el tiroides para adelgazar. ¿Por qué? Porque están buscando lo antinatural, lo que no tiene sentido, lo que no puede ser… porque es antinatural cumplir años y que no se note. En este caso, queridas mías, envejecer es lo natural. Como también lo es hacerlo con dignidad y no acabar pareciendo un payaso bidimensional y envenenado.
Como siempre has dado en el clavo, hay muchas contradicciones. Cuando lo que hay es que envejecer con dignidad, sanamente y feliz
ResponderEliminarBesos
lo de la baba de caracol ya había oído hablar de ello. es verdad, provoca cierto rechazo, aunque a mí lo que me parece el colmo es lo del veneno de serpiente.
ResponderEliminarla naturaleza o la evolución darwiniana o lo que sea, ha provisto a ciertas especies de veneno como arma defensiva. el veneno por definición es algo nocivo, algo disuasorio. no entra en la cabeza de nadie que pueda ser utilizado como algo bueno.
y por cierto, en las historietas de los pitufos, su enemigo el brujo gargamel utilizaba veneno de serpiente como ingrediente para algunas de sus pociones mágicas. otro motivo más para que lo del veneno de serpiente suene a broma macabra.
Que conste que yo no soy la más indicada para hablar, puesto que soy fumadora y eso sí que es un veneno y destroza la piel. Y además me estoy metiendo algo en el cuerpo que no me reporta ningún beneficio. Chema, me encantaban Gargamel y su gato Azrael, jajaja
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo. Es una pena ver cómo cambia tu aspecto con la edad, cómo las arrugas se van instalando en tu cara irremediablemente. Pero es muy triste ver las caras retocadas, sin expresión, a las que también se les da la edad. Y te preguntas... ¿es que nunca se han reído? si la gente te ha de valorar más por tener menos arrugas...mál vamos.
ResponderEliminarNo tengo emoticonos de aplausos, pero te mando uno muy grande porque estoy de acuerdo en todo lo que has escrito. Gracias
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