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Lorenzo, firmando mi ejemplar de "Carta blanca" |
El día que conocí a Lorenzo Silva no fue realmente el 31 de mayo de 2012, sino el 21 de julio de 2002. Ese fue el día que compré mi primera novela suya en un kiosko de las Ramblas de Barcelona, lo recuerdo perfectamente: "El alquimista impaciente". Enseguida me enganchó la personalidad de sus protagonistas, los guardias civiles Chamorro y Vila y, como suele ser mi costumbre cuando un autor me gusta, anduve arrastrándome por las librerías para ir haciéndome con toda su producción. Lo siguiente fueron "La sustancia interior" y "La flaqueza del Bolchevique". Y fue el Bolchevique, precisamente, el que me ha llevado a conocerlo en persona. En cuanto la acabé decidí que sería lectura obligatoria para mis alumnos de 3º de ESO, de eso hace ya diez años. Y sigue siéndolo porque son ellos los que la demandan. Es lo primero que preguntan el primer día de clase: "¿Vamos a leer "La flaqueza del Bolchevique"? Y como la leen hasta los alumnos a los que no les gusta leer, pues no la cambio. Se lo conté a Lorenzo el otro día cuando vino a visitarnos y se quedo bastante sorprendido, pues dijo que no le parece una novela apropiada para adolescentes. Le di la razón (cómo no) pero mientras mis chicos me la sigan pidiendo, yo seguiré poniéndola en mi programación.
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En plena conferencia |
En fin, que vino Lorenzo Silva a hablarnos un poco de su oficio de escritor en general y de sus novelas "Algún día cuando pueda llevarte a Varsovia" y "La flaqueza del bolchevique" en particular. Ante unos cien alumnos y todos los profesores que se apuntaron al evento, que no fueron pocos. Me pareció muy amable en su trato y, sobre todo, sencillo y accesible a pesar de ser un escritor consagrado, como debe ser. El pobre tenía una agenda apretadísima ese día y, sin embargo, contestó a todas nuestras preguntas y firmó todos los libros que le presentamos, ¡un montón! Como recuerdo de su paso por Galicia le regalamos una figa de Sargadelos.
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Tomando posesión de la figa que lo protegerá de los malos espíritus |
Como una tiene mucha deformación profesional, no pude remediar coger algunas notas de la charla. Paso a reproducir las más interesantes
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El Departamento de Lengua con el autor |
"Lo que realmente merece la pena lleva tiempo".
"Tanto la Flaqueza como Varsovia son novelas inspiradas en la realidad, como todas las mías".
"La vida es aprender a asumir tus fracasos".
"En la Flaqueza quise reflejar el mundo del trabajo, con personajes que son reflejo de la sociedad actual".
"El lector contribuye activamente a crear la historia y le da valor al libro".
"La única herramienta de la literatura son las palabras, y con ellas puedes contar cualquier historia, sin necesidad de efectos especiales".
"Me identifico con todos mis libros y con ninguno de mis personajes".
"Escribo donde puedo, no tengo un lugar de inspiración, pero pienso mucho en el coche, y en los paseos en bici a la playa en Barcelona. El mar me abre la mente".
"La parte divertida de esto es poder jugar a ser personas que no eres y sin que sufra nadie".
"Para ponerme en la piel de una adolescente me ha ayudado mucho tener amigas desde niño y preguntarles sobre ciertas reacciones del carácter femenino".
"Me costaría escribir una historia fantástica".
"Una sociedad se puede retratar por sus crímenes".
"Maté a Rosana para producir una emoción en el lector. Si matas a alguien en una novela tiene que doler, y para eso hay que haber querido antes al personaje".
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Mi dedicatoria: "Y para Ana, con mi gratitud por tantas historias compartidas" |
Y, como por supuesto, no me podía quedar callada, en el turno de preguntas quise saber si dejaba algo de la historia a la improvisación una vez hecho el plan inicial de la misma. Y me dijo que alguna cosa, pero muy poco, que siempre se ceñía al plan inicial. Justo lo contrario que yo, que improviso demasiado. Cuánto tengo que aprender...
En fin, un lujo de visita. Mil gracias por compartir tu visión de la vida y la literatura con nosotros, Lorenzo. Y ojalá volvamos a coincidir.
Hola guapa¡ que ilusión conocer a un escritor al que admira uno, me alegro un montón por tí.
ResponderEliminarPues sí, lástima que estuviera tan poco tiempo, porque me quedé con ganas de preguntarle muchas cosas. Bss
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