El día doce de abril
conduciendo en la autovía
iba Carlitos Sangil.
Todavía era de día.
Había un carril cortado,
una señal lo decía
medio kilómetro al lado,
el carril se reducía.
Hizo un adelantamiento
a un camión que renqueaba;
como el carril se acababa,
tuvo mucho miramiento.
Mas al final le esperaba
ese infausto cuerpo vil
llamado Guardia Civil,
al loro a ver si cobraba.
Pensando hacer el agosto
pararon al conductor
y le escrutaron el rostro
deseando con ardor
no hubiese bebido mosto,
pues, como todos sabemos,
cuando hay que recaudar,
si te ponen a soplar
nuestra cartera va a menos
yendo la de ellos a más.
Pero éste no era el caso
por una vez en la vida
no había probado un vaso
de espirituosa bebida.
Dos motoristas eran:
uno joven, otro viejo;
uno con gafas de espejo
de ésas que son tan horteras.
Al otro, de nombre Antonio,
y además subordinado,
lo llevaban los demonios
en su papel de pringado.
Carlos no tenía el día:
trajeado, engominado
y oliendo a desodorante,
el vehículo no hacía
tal justicia a su ocupante.
El coche estaba hecho un asco:
todo lleno de colillas,
de papeles, ¿de ladillas?
Se ve que chupaba atascos.
En vehículo de empresa
puede pasar cualquier cosa
encontrarte una compresa,
un condón o una babosa.
Temiéndose lo peor
dando el cante en ese coche
Carlitos paró el motor
queriendo que fuera noche.
Le empezaron a pedir,
poniéndose en plan muy duro,
el carné de conducir,
los papeles, el seguro.
El otro empezó a sudar
recomiéndose las uñas
¿No se tuvo que olvidar
los papeles en Coruña?
“Enséñeme el DNI”
Insistía el picoleto
“Eso sí lo llevo, sí;
yo no soy ningún paleto”
Carlos se quedó aliviado,
pues de lo que le pedía
aunque se hubiese olvidado,
eso sí que lo tenía.
Le informaron de la multa:
adelantar a un camión
desde luego no se indulta.
No tendrían compasión.
“Se ha pasado por el forro
esa señal de noventa
¡Mire que tiene usted morro!
Hay que ir a marcha lenta”
Contestó Sangil, jodido,
defendiendo su argumento:
“¿Cómo es que había sabido
si iba más rápido o lento?”
Desconcertado el agente,
y frunciendo el entrecejo,
fue a buscar al repelente,
el de las gafas de espejo.
Informó mosqueado Carlos
que él no quería pringar:
si euros querían cobrar,
él no pensaba pagarlos.
Echó en cara al espejado
que estaba para ayudar
al conductor despistado
y no para recaudar.
Al picoleto, asfixiado,
le dio entonces por pensar
que quizá fuese abogado
ése al que hizo parar.
De repente el pobre agente
dijo que mucho curraba
que por parar a la gente
muy muy poco le pagaban;
siempre pasando calor,
siempre errante y vagabundo;
acechando al conductor
y odiado por todo el mundo.
Si esperaba compasión
por parte de don Sangil
equivocó la ocasión
aquella tarde de Abril.
Un carajo le importó
el discurso del lloroso
de sus botas se burló
y de su aspecto penoso.
El guardia empezó a dudar
de su dura decisión
¿era lícito multar
a aquel plasta del copón?
Lo que él quería hacer
era acabar su jornada
llegarse hasta su somier
y tirarse a no hacer nada,
en vez de ponerle multas
a aquel maldito elemento
que usaba palabras cultas
todo lleno de argumentos.
A todo esto pasaban
muchos coches por la vía;
todos se descojonaban
de Carlos y compañía.
Un camionero, con saña,
le pegó un grito a Sangil:
pedía que diese caña
a esa gentuza tan vil.
Le dijo Carlos al viejo:
“voy a recurrir la multa.
¿no ves que al de los espejos
los conductores lo insultan?”
El jovencito volvió
un catálogo llevaba
de repente decidió
que negociar le gustaba.
Al parecer le ofrecía
¡Ni que fuese el Corte Inglés!
de las multas que tenía
una de menor cuantía
a pagar dentro de un mes.
Además, lo tuteaba,
se le veía blandengue
¿por qué de repente estaba
más blandito que un merengue?
Al rato de pasar esto
los tres mucho se reían
lo que pudo ser funesto
a todos gracia le hacía.
¿dónde, si no en España
puede pasar algo así?
¿que acabes yendo de cañas
con la puta benemérita
ya sea en León o Lérida?
Sólo le pasa a Sangil.
Moi agradecido, polas risas que botei lendo isto. Canto escribes!
ResponderEliminarRamón
Susi, pasate por mi blog, te he dejado un regalo, pero no le digas nada a Morgana, este es para ti, disfrutalo!
ResponderEliminarBesos
Puche