EL DÍA DE LOS INOCENTES

Ya nada es lo que era... hace años, en días como el de hoy, uno salía a la calle mirándose la espalda continuamente, girando la cabeza como la niña del exorcista, esperando ver tarde o temprano un odioso monigote de papel. Hace años, uno escudriñaba el periódico con interés e intensidad, intentando adivinar cuál sería la noticia fantasma y bromista. Por una vez, uno se tragaba todo el telediario de principio a fin atendiendo a ver cuál era el gazapo que colaban. 

Pero en esta era de plays, wiis, etc, los niños ya no saben lo que es el día de los inocentes, tampoco saben qué son los inocentes, y esta mañana hemos dado nuestro paseo sin atender a nuestra espalda, hemos leído el periódico en diagonal y hemos escuchado el telediario sin interés aparente. Porque ya nada es lo que era.

Sin embargo, a mí sí me han gastado una inocentada. Hoy me he enterado de que al 50% de este blog, o sea, mi amada/odiada hermana Suzie, le han dado un premio, el primer premio de este blog. Y ha tenido que ser para ella,  la oscura y tenebrosa habitante del microondas, la bestia que nadie querría tener en casa. Y la señorita ha de definirse a sí misma en seis palabras. Yo te definiré, Suzie, en acróstico, como el autor de "La Celestina".

Sobrada: lo sabes todo, lo opinas todo, lo crees todo.

Ubicua: no hay manera de librarse de ti, mujer. Cuando me siento a salvo, apareces inopinadamente.

Zopenca: que eres más terca que una mula y no hay quien te haga cambiar de opinión

Ilusa: aún te crees que esta sociedad  va a ser mejor. Criaturiña...

Espídica: que no paras quieta, eres hiperactiva y utilizas mi cuerpo para ello.

Querida: ¿qué haría yo sin ti? En el fondo te quiero, mujer.

Puche, MiCarla. Gracias por el premio